Detrás de cada proceso electoral que se realiza en la Universidad de Costa Rica, se encuentra la encomiable labor del Tribunal Electoral Universitario.

Aunque sus antecedentes se remontan a la década de los 50, como parte de los acuerdos del III Congreso Universitario en 1973 se crea por primera vez un tribunal electoral, con el objetivo de elegir a los miembros del Consejo Universitario en ese momento.

En marzo de 1974 se consolida como instancia suprema en materia electoral. En octubre de 1982 se da un cambio importante, pues se reforman las funciones asignadas al Tribunal, se le confiere el carácter de órgano colegiado, se le da su nombre actual y se define más claramente la naturaleza y los fines del TEU.

Entre sus principales tareas se destacan facilitar, organizar y supervisar los diversos procesos electorales para elegir a quienes dirigen la Institución, con base en los principios de autonomía plena, imparcialidad, pureza y transparencia; así como en el respeto al pluralismo ideológico, político y académico; además garantiza la igualdad de oportunidades entre las personas participantes en los procesos.

El TEU es la instancia encargada de realizar la Asamblea Plebiscitaria para la elección de la persona que ocupará la Rectoría así como la Representación docente y administrativa en el Consejo Universitario.

También le corresponde llevar a cabo los procesos de elección de decanaturas, vicedecanaturas, direcciones y subdirecciones de las Escuelas y las Sedes Regionales, y de la Representación docente en la Asamblea Colegiada Representativa.

De igual manera, tiene como mandato estatutario supervisar y mantener bajo su jurisdicción y al día, la integración de los padrones electorales universitarios que se construyen a partir de los datos que provee a Rectoría, las Vicerrectorías de Vida Estudiantil, Docencia y Administración, el Centro de Evaluación Académica y la Oficina de Recursos Humanos.

Según explicó la M.L. Virginia Borloz, presidenta del TEU, esta instancia representa no solamente la máxima autoridad en materia electoral institucional, sino que debe hacer cumplir lo que estipula el Estatuto Orgánico en lo que a elecciones se refiere. Debe además, adaptar este importante Órgano Colegiado, a las exigencias del tiempo, asegurando y cumpliendo así con los más estrictos parámetros de transparencia en todos y cada uno de los procesos democráticos que se llevan a cabo.